Dentro de la Innovación
La forma en que el diseño centrado en el ser humano impulsa el aprendizaje y el conocimiento
La cultura de cualquier organización tiene que ver con sus hábitos, pero también con sus hábitats.
Con la creciente competitividad y trastornos mundiales, provenientes de todos lados, está claro que el mundo está cambiando, y que lo está haciendo rápido. También es evidente que las organizaciones deben adoptar una mentalidad de crecimiento para impulsar la innovación, siendo más ágiles, fomentando el aprendizaje constante y continuo, y adaptándose rápidamente a las nuevas posibilidades.
Pero los cambios nunca son fáciles, y las organizaciones necesitan formas de inspirar esta mutación. Son muchas las decisiones que pueden tomar los altos cargos para acelerar la transición. Los lugares en los que trabajan las personas modelan sus comportamientos, y esto puede conducir a un cambio en la cultura corporativa. El diseño de los espacios de trabajo puede impulsar la innovación, al crear espacios que ayudan a las personas a experimentar, a asumir riesgos y a aprender, tanto de lo que no funciona como de lo que sí lo hace. El nuevo Centro de Aprendizaje e Innovación de Steelcase (LINC, por sus siglas en inglés) inaugurado recientemente en Múnich, es un nodo en la red global de la empresa y forma parte de su estrategia de acercamiento a la innovación de forma distribuida geográficamente. Este LINC, un espacio inspirador y de alto rendimiento, está diseñado a partir de la comprensión de cómo el aprendizaje, la creatividad y la innovación se interconectan, y demuestra la forma en que los hábitats donde trabajan las personas pueden activar un cambio cultural, fomentando un nuevo conjunto de hábitos.
«Para que una organización consiga innovar y crecer, sus trabajadores deben compartir continuamente ideas y aprender unos de otros, en tiempo real, cara a cara y en todas las ubicaciones», explica Jim Keane, ancien presidente y CEO de Steelcase. «A menudo, esto requiere que se lleven a cabo algunos cambios fundamentales en la forma en la que las personas conectan e interactúan, de modo que las ideas y la información puedan fluir más libremente. Al reunir a las personas y apoyarlas, dando cabida a formas de trabajo más colaborativas y creativas, los espacios de trabajo pueden ayudar a una organización a generar una sensación de comunidad más sólida y mayores niveles de agilidad y adaptación. Esto fomenta la innovación y genera valor».
SIGUIENTE CAPÍTULO – Fomentando un cambio de mentalidad