Nuevas herramientas para un nuevo futuro
Durante años la India ha estado persiguiendo el ambicioso objetivo de educar a todos sus niños, pero todavía se enfrenta a un bajo nivel de compromiso y un alto grado de abandono escolar. Los recursos e ideas de países con un objetivo similar podrían ser de utilidad.
Los hermanos Haffizul y Abdu Rehman abandonan la cama que comparten en Nueva Delhi, India, se cepillan los dientes sobre el sumidero del suelo y se espabilan con agua de un barril. Se preparan para acudir al colegio.
Este ritual matutino de la vida de estos niños indios —prepararse para el día— es algo que ya experimentaron sus padres y, antes que ellos, sus abuelos. Sin embargo, el tipo de día que siguen es completamente distinto. En lugar de ir a trabajar en una tienda como su padre, o en una sastrería como su madre, estos chicos, de 12 y 14 años, se preparan para un día en el colegio público Lord Krishna. Se preparan para una vida diferente en un mundo que es diferente.
El gobierno indio está haciendo un ingente y admirable esfuerzo por educar hasta el último de los niños del país, y ya ha completado 11 planes quinquenales que afectan a la enseñanza. Pero los obstáculos son numerosos: faltan infraestructuras y, a veces, incluso mochilas, cuadernos o comida. Muchos de los niños escolarizados son los primeros de sus familias en acceder a la enseñanza. Con frecuencia los padres no comprenden el valor de completar la escolarización o la forma de dar apoyo a sus hijos que a veces se los llevan consigo durante meses a su pueblo de origen. Estos alumnos suelen quedarse rezagados. En última instancia, la India sigue enfrentándose a una realidad en la que el 4% de los niños no llegarán a estar escolarizados, el 58% de los niños no acabarán la enseñanza primaria, y el 90% de los niños no completarán la enseñanza secundaria.
Cuando los hermanos Rehman terminan de abotonarse los uniformes de color rosa salmón y de anudar las corbatas de color burdeos, se cargan las mochilas y emprenden el camino al colegio, pasando frente a paredes de ladrillo sin acabar y por debajo de cables que cuelgan de los edificios. Su destino es un aula ruidosa. Pegados en las paredes coloridos trozos de papel llaman a la «cortesía» y la «amabilidad», mientras que sobre el suelo se aprietan 35 pupitres dobles, sucios y desgastados. Los alumnos muestran predisposición, pero los recursos escasean.
El objetivo de la India es el de contar en 2.022 con 500 millones de personas formadas para los sectores en expansión de la economía mundial.
Y a pesar de ello, a día de hoy:
4% | de los niños no llega a estudiar nunca en el colegio |
58% | de los niños de La India no completan la educación primaria |
90% | de los niños de La India no completan la educación secundaria |
El Camino Del Aprendizaje
En su último plan quinquenal, la India se fijó el objetivo de reducir la tasa de abandono escolar del 50% al 20% en los colegios de primaria, pero cuando concluyó el plan hace dos años ese objetivo no se había alcanzado. Porcentajes y estadísticas como estos parecen datos fríos hasta que comprendemos que cerca de 1,4 millones de niños con edades entre los 6 y los 11 años no están escolarizados, no aprenden, no reciben preparación para los trabajos que sus familias y su país necesitarán que realicen cuando sean mayores.
La buena noticia es que la primera fase de esta ingente tarea — escolarizar a los niños — ha registrado un notable éxito, con una tasa de escolarización actual cercana al 96% gracias al impulso del gobierno. La mejora de las infraestructuras — hoy en día el número de centros supera los 1,4 millones — ha permitido que prácticamente todos los niños acudan a colegios de primer y segundo ciclo de primaria próximos a sus casas. El nuevo problema es que, para cuando llega el día de la graduación, la mayor parte de estos logros se han perdido y los niños han abandonado. El 90% de los niños indios no completa la eduación secundaria.
El objetivo de la India es el de contar en 2022 con 500 millones de personas formados para los sectores en expansión de la economía mundial. ¿Cómo va a poder alcanzar ese objetivo si en 2009 la mayoría de la población solo cuenta con la enseñanza secundaria y sólo el 10% de la población llega a la universidad? No es por falta de voluntad que la India tiene problemas para alcanzar ese objetivo; el presupuesto destinado a educación por el gobierno es el tercero mayor del mundo tras los de EE.UU. y China. El problema radica en que el objetivo fijado para una población así de grande es tan noble, complejo y abrumador.
Teach for India: Trabajando para eliminar las desigualdades educativas en la India
Socios Mundials
La India no está sola en este impulso. Otros países de reciente industrialización, como China, Colombia, Sri Lanka y Bangladés, también se apresuran para reformar sus sistemas de enseñanza. Brasil, por ejemplo, comparte los objetivos de universalizar la enseñanza preescolar y de ampliar la tasa de acceso a la universidad.
La India tampoco carece de esperanza —ni de ayuda. Como sugería uno de los informes del Brookings Institute, la India podría asociarse con otros países, como por ejemplo los Estados Unidos, para aprender de los esfuerzos realizados para educar a su población: «Los EE.UU. y la India podrían alcanzar mejores resultados de aprendizaje si combinaran sus experiencias y recursos — tanto intelectuales como económicos.» Un ejemplo de esta colaboración es Teach for India, una ONG a imagen y semejanza de Teach for America, cuyo objetivo es la concienciación de los líderes para eliminar la desigualdad educativa en la India.
Su voluntad es que el entusiasmo de los docentes, o voluntarios de Teach for India, que dejan sus carreras durante dos años para dedicarse a la enseñanza, y que probablemente acabarán trabajando para empresas multinacionales — uno de ellos llegó a la ONG tras realizar prácticas en Mercedes Benz — contribuya a mantener el compromiso de los alumnos. Que ayude a que no abandonen la enseñanza. «Todo el mundo tiene derecho a la enseñanza, por eso la tasa de escolarización es alta y los padres están contentos de enviar a sus hijos al colegio,» dice Shifali Thakkur, directora de desarrollo e impacto de ex-alumnos en Teach for India.
Hoy en día 1.200 voluntarios colaboran con más de 270 colegios para educar a 40.000 alumnos de siete ciudades. Y con cada año que pasa la organización amplía su alcance geográfico, añadiendo una ciudad tras otra, de Mumbai a Pune, Delhi, Hyderabad, Chennai, Ahmedabad y Bengaluru. Ante los alumnos, estos voluntarios hacen hincapié en la importancia de asumir la responsabilidad sobre su aprendizaje y sus comunidades; y les conciencian de su responsabilidad a nivel personal, comunitario y nacional. Representan un ejemplo a seguir para los profesores públicos, entre los que es frecuente el absentismo.
Falta Algo
En la misma aula del Colegio Público Lord Krishna donde Abdul y Haffizul Rehman estudian sobre sus desgastados pupitres, la principal herramienta de enseñanza es un tablero de melamina, rayado, desconchado y con resto de tinta de rotulador. En otras aulas públicas, profesores y alumnos pueden no ser tan afortunados; la pizarra de un aula de secundaria de un colegio para niñas es una pared de cemento pintada de negro. Pizarras como estas hacen de la enseñanza una larga y ardua tarea. Hacen que a los alumnos les resulte difícil ver y leer lo escrito en ellas, y son difíciles de borrar.
Los alumnos pueden estar dispuestos y los profesores inspirados, pero siguen estando obligados a trabajar con recursos inadecuados. Además de las deficientes pizarras, tan solo la mitad de los edificios escolares disponen de aseos funcionales para niñas y casi tres cuartas partes carecen de agua corriente. Estos son motivos que explican por qué los alumnos de quinto de primaria tienen problemas para alcanzar el nivel de comprensión del inglés que deberían haber alcanzado tres cursos antes. Como señaló la revista Time, «Son más los niños que van al colegio en la India, pero aprenden menos.»
Peter Lewchain, director general de PolyVision, empresa perteneciente al grupo Steelcase — principal productora de pizarras de e3 CeramicSteel — ha visitado a menudo aulas como estas en la India, la última vez entre septiembre y octubre de 2015, para observar el estado de las pizarras suministradas por el gobierno. «Apenas se puede leer nada de lo que se escribe sobre ellas, de tantas veces como las han borrado,» dice. «Son negras y están cubiertas de marcas de tiza, y los profesores intentan escribir con tiza blanca sobre ellas.»
Las pizarras, negras y blancas, son un elemento básico para la enseñanza. Los profesores, tanto en la India como en todo el mundo, utilizan las pizarras como su principal herramienta para enseñar matemáticas, ortografía, literatura, historia, ciencia y estudios sociales. También las emplean para exhibir la información necesaria para el día: la fecha, el programa del día, las normas en el aula, los recordatorios y las siguientes fechas de entrega y acontecimientos.
Pero además de para que el profesor transmita la información al alumno, las pizarras grandes y resistentes son también herramientas fundamentales para un aprendizaje más activo en el que los profesores invitan al alumno a levantarse y resolver problemas matemáticos con sus compañeros de clase. Los voluntarios de Teach for India, como los del Colegio Lord Krishna y los de la Escuela Secundaria Pública SR para niñas, emplean a diario estrategias atractivas de enseñanza. Si los colegios indios tuvieran pizarras más fáciles de usar los niños podrían asumir un papel más importante en su enseñanza. Un estudio de la Universidad de Winsconsin concluyó que la enseñanza con soportes visuales de calidad puede mejorar en hasta un 200% el aprendizaje. Combinando el material sobre una herramienta analógica con los cerebros y los cuerpos de los niños la información queda más firmemente asentada en sus cabezas. El medio sí que importa.
Pizarras De Calidad
Lewchanin, de PolyVision, reconoce el reto que presentan estos colegios y afirma, «Resulta siempre una lección de humildad el ver los espacios donde trabajan los alumnos. Después de haber estado allí varias veces, uno empieza a preguntarse «¿Qué puedo hacer para ayudar?» Una de las soluciones más rápidas y sencillas es cambiar la pizarra.
Los profesores que anteriormente solían pintar en hormigón o melamina rallada y que tienen la oportunidad de probar pizarras de primera calidad ven que sus aulas se revitalizan. Un profesor indica, «Es mediante soportes visuales, como dibujos o etiquetas, que mis jóvenes alumnos amplían su vocabulario. El poder borrar y volver a escribir con rapidez me ayuda a mantenerme a la par con su nivel de energía.» Con pizarras nuevas, los profesores tienen también la posibilidad de dejar información en la pizarra para que los alumnos la consulten mientras realizan trabajo individual o en grupo, capturar una información que de otro modo se perdería. Otro profesor afirma, «Ahora puedo emplear mejor el tiempo. Dicto la lección e indico a los alumnos que tomen nota, y mientras ellos copian yo escribo en la pizarra y tengo listo el siguiente ejercicio para que, una vez han acabado de copiar, no se alboroten.»
97% El 97% de los profesores consultados por PolyVision considera que escribir sobre la pizarra mejora el aprendizaje y absolutamente todos consideran que la pizarra es una herramienta educativa fundamental. |
Antes de convertirse en el director de desarrollo y exalumnos de Teach for India, Thakkur daba clases a alumnos de tercero y cuarto en una escuela para alumnos con un bajo nivel económico. Entiende el problema desde un punto de vista personal. Cuando enseñaba empezó utilizando una de las tradicionales pizarras negras hasta que se cansó de los dolores de cabeza que le provocaba el polvo de tiza y compró, con su propio dinero, una pizarra mejor. «Tras instalar la pizarra blanca los alumnos podían leer mi letra y eso me ayudó a comprender mejor la enseñanza,» afirma. «Una pizarra blanca hace que al niño le resulte más fácil copiar lo que está escrito en ella, o escribir, con sus pequeñas manos, sobre la pizarra.»
“«Mis niños se alegraron mucho al ver la nueva y radiante pizarra blanca del aula. Cuando les pedí que resolvieran los problemas en la pizarra se levantaron corriendo a resolver las sumas.»”
Profesor indio que recibió una pizarra nueva
En India, la edad media está por debajo de los 30 años, por lo que existe un mercado listo para la enseñanza y una enorme necesidad de proveer a los alumnos con las herramientas necesarias. Es un país joven y con hambre de ser más y más competitivo en los mercados. La mayor parte de las pizarras blancas que se emplean en las aulas indias están hechas de acero pintado y apenas si duran tres o cuatro años. Las pizarras blancas avanzadas, no obstante, soportan un mayor uso. Constituyen una inversión puntual para los colegios. Como señala tarum Periwal, director de Whitemark Limited, una empresa de Nueva Dehli que distribuye pizarras e3 CeramicSteel de PolyVision, «Esta será la nueva generación que dirigirá el país — o el mundo.» Qué bueno sería si desde el principio se le educara tal y como lo van a necesitar al final de sus estudios.
Hoy en el aula del Lord Krishna, Abdul escribe con un rotulador rojo sobre una pizarra blanca nueva, resolviendo problemas y practicando su caligrafía. Haffizul tiene un rotulador negro para hacer lo mismo.
Son tantos los problemas del mundo que parecen requerir de macro soluciones cuando, en realidad, a menudo son las micro soluciones, los esfuerzos individuales, los que funcionan mejor. En el caso de la enseñanza, una pizarra de calidad y un profesor comprometido parecen ser la suma correcta para lograr un cambio positivo.
Ayudando de manera diferente
PolyVision decidió donar pizarras, blancas y negras, e3 CeramicSteel a colegios que colaboran con Teach for India, una ONG con seis años de antigüedad a imagen y semejanza de Teach for America. Como su homónima de EE.UU., Teach for India envia a graduados recién salidos de la universidad a enseñar en colegios con pocos recursos durante dos años.
Colaborando con organizaciones locales indias con una amplia experiencia, PolyVision pudo identificar los colegios que tenían necesidades reales y profesores comprometidos. «Vemos una diferente actitud en los alumnos cuando los profesores están comprometidos y animados para ayudar a sus alumnos,» comenta Shifali Thakkur. «Ayudan a crear más estructura e incluso actividades extracurriculares.» Una actual voluntaria de Teach for India en un colegio público para niñas está tan apasionada con la poesía que ha logrado que sus alumnas participen en concursos de poesía en los que las alumnas recitan ante la clase sus creaciones.
PolyVision decidió donar cientos de sus pizarras blancas y negras e3 CeramicSteel. Estas pizarras tienen una garantía de por vida, lo que las convierte en herramientas duraderas. Resisten el rayado, el rotulador, la pintura en spray y el fuego. Lo que confiere a las pizarras su robustez en el proceso patentado de fabricación, que combina esmalte cerámico y acero fusionándolos a alta temperatura, entre 700 y 900 grados. El producto resultante constituye la opción ideal para entornos exigentes de gran actividad que van desde pizarras a revestimientos arquitectónicos en todo el mundo. Nuestra esperanza es que la inversión de PolyVision se vea compensada con una nueva generación de líderes mundiales con los que colaborar.