¿Podemos ser más productivos trabajando en la cafetería de la empresa?
El secreto de estos espacios es que combinan la atmósfera estimulante y relajante de una cafetería con el alto grado de tecnología y confort que se espera de una oficina
En EEUU, el 31% de los empleados abandona regularmente sus oficinas en busca de más tranquilidad, concentración y de una atmósfera más creativa e inspiradora. No sólo en EEUU, cuna de las tendencias, sino en todo el mundo, cada vez son más las personas que, gracias a las facilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, prefieren salir de los entornos demasiado corporativos. Trabajar es una actividad que podemos hacer a todas horas y, prácticamente, desde cualquier lugar (cafeterías, bibliotecas, centros de coworking…). Son los llamados terceros espacios, lugares que combinan la atmósfera acogedora del hogar (primer espacio) con la eficacia de las oficinas (segundo espacio).
El secreto de estos espacios es que combinan la atmósfera estimulante y relajante de una cafetería con el alto grado de tecnología y confort que se espera de una oficina. Se trata de que los trabajadores no tengan que salir de sus oficinas para obtener ese momento de relax y que utilicen esas instalaciones más acogedoras e informales, para actividades relacionadas con el trabajo. Para crear un tercer espacio corporativo que resulte realmente eficaz, es necesario algo más que ofrecer un buen café o una red Wifi, es importante que proporcione diferentes espacios desde los que los trabajadores pueden decidir trabajar basándose en su estado de ánimo y la tarea que tengan que llevar a cabo.
Las claves para perfilar un WorkCafé en un espacio de trabajo son las siguientes:
Integración de la tecnología: en estos espacios es fundamental que los trabajadores dispongan de determinados servicios como el acceso a la red eléctrica y a la red Wifi de alta calidad, soporte para las presentaciones, sistemas de reserva electrónica y herramientas para compartir información, crear contenido y colaborar eficazmente.
Atributos de diseño: el objetivo de un WorkCafé es hacer que el trabajador se sienta como en casa, por lo tanto, el diseño, la iluminación, el mobiliario, los colores, materiales, el aroma e, incluso, la música, deben ayudar a conseguir esa atmósfera relajante y acogedora que cada uno encuentra en su propia casa. Al igual que en las cafeterías tradicionales, también debería haber revistas, periódicos y un tablón de anuncios que puede ser sustituido por un panel multimedia que informe sobre las noticias más recientes de la empresa. Esto último puede ayudar a los empleados a sentirse conectados al estar al tanto sobre lo que hacen sus compañeros y, como resultado, sentir que pertenecen a la marca.
Servicios de soporte: acceso a impresoras, material de oficina, servicio de consigna, asistencia técnica, alimentos, bebidas y conserje in situ son elementos que ayudan a que los empleados puedan trabajar en este entorno.
En un WorkCafé las personas pueden ser más productivas y eficientes porque disponen de las herramientas necesarias para hacer su trabajo y del ambiente más óptimo para que, tanto la creatividad como la colaboración, fluyan de forma natural.
Pero no son sólo las personas las que son más productivas, el espacio también se convierte en un activo al estar utilizado durante todas las horas del día, no únicamente cuando son las horas de las comidas.