Muchos de nosotros pasamos mucho más tiempo interactuando a través de una pantalla y menos en persona. Podría decirse que es el mayor cambio que afecta al trabajo y que tendrá repercusiones de gran alcance en el comportamiento humano y en el espacio de trabajo. Este cambio de interacción cara a cara a una interacción a través de pantallas ha modificado los comportamientos y las normas laborales, lo que, a su vez, repercute en la cultura organizativa. Las repercusiones en el bienestar de los empleados y en su rendimiento laboral son muy evidentes.
El cambio hacia las interacciones a través de pantallas pareció producirse gradualmente, y luego de golpe. Cobró impulso en la década de 2010, impulsado por la rápida adopción de teléfonos inteligentes. Con la popularización de plataformas como Microsoft Teams y Zoom, la gente podía participar en reuniones desde cualquier lugar. Pero fue la pandemia la que impulsó una rápida adopción y nuevas normas: en cuatro años, los comportamientos laborales se alteraron de forma sustancial.
Estas plataformas permitieron el trabajo remoto e híbrido, lo que provocó una crisis existencial de la oficina. Muchos centros se volvieron inquietantemente silenciosos mientras las organizaciones luchaban con políticas de vuelta a la oficina y de trabajo híbrido. Aunque los directivos están empezando a exigir un trabajo más constante en la oficina, también están viendo que la oficina puede parecer viva unos días y vacía otros.
Razones principales por las que la gente hace videollamadas en su mesa
1 Más facilidad para conectarme sin moverme de mi espacio individual
2 Mejor experiencia y más equitativa para todos los participantes
3 Falta de tiempo para desplazarse entre reuniones
4 La sala no está reservada con antelación
en remoto
presenciales
El cambio hacia interacciones a través de pantallas es un factor clave que los diseñadores deben tener en cuenta a la hora de analizar cómo debe cambiar la oficina. No es un reto menor crear una sensación de energía, compañerismo y productividad en los espacios de trabajo cuando las personas no están siempre presentes o viven pendientes de una pantalla.
The shift toward screen-based interactions is a key factor for designers to consider as they look at how the office needs to change. It’s no small challenge to create a sense of energy, collegiality and productivity in workplaces when people are not consistently present or living on a screen.