La pandemia ha cambiado muchos aspectos de nuestras vidas, incluso el lugar y la forma en la que las personas quieren trabajar. Las experiencias durante el confinamiento y lo que se han encontrado los que ya han ido volviendo a la oficina, han influido en lo que las personas quieren y esperan del espacio de trabajo. Las cosas que les gustaban de su vida en la oficina antes de la crisis se han vuelto aún más importantes, mientras que las cosas que les frustraban pasarán a ser una barrera aún mayor si no se abordan.
Las personas han tenido experiencias muy diferentes al trabajar desde casa; a algunas les encanta y a otras no. Muchos quieren tener la opción de trabajar desde casa algunos días en el futuro, pero la mayoría de los trabajadores afirma querer trabajar en la oficina la mayor parte del tiempo. Tanto si ya han vuelto al espacio de trabajo como si aún no lo han hecho, las personas han aprendido de lo que han vivido y esas experiencias dan forma a sus expectativas sobre cómo quieren que sea el trabajo en el futuro.
Lo que la gente necesita y espera
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Estar y sentirse seguros
Una oficina nunca tuvo que ayudar en la mitigación de la propagación de una enfermedad, pero ahora las personas son conscientes de que existen las pandemias. Tomarán la decisión sobre dónde trabajar basándose en un nuevo conjunto de normas de seguridad que ayuden a prevenir la transmisión, de la misma forma en la que esperan que la oficina cuente ya con normas de seguridad para incendios, peligros de tropiezo o cualquier otra medida de seguridad.
Principales preocupaciones de seguridad:
1. Cumplimiento de protocolos de seguridad
2. Calidad del aire interior
3. Limpieza general de las instalaciones
4. Distanciamiento físico y limitación de los espacios de trabajo
5. Aforo general de personas en el edificio
Un mayor sentido de pertenencia
En todos los países las personas revelan que su mayor preocupación al trabajar desde casa es sentirse aislado, y la principal razón por la que desean volver a la oficina es poder relacionarse con sus compañeros de trabajo. En el trabajo, a las personas les gusta sentirse parte de algo, que no solo es bueno para su bienestar sino que también ayuda a lograr resultados comerciales; tener un fuerte sentido de comunidad es el principal indicador de productividad, compromiso, innovación e implicación de las personas con la organización.
Las principales razones por las que las personas desean volver a la oficina son:
#1 Conectar con los compañeros
#2 Volver a conectar con la organización y el propósito compartido
Ser productivos
El deseo de las personas de hacer algo significativo no ha hecho más que aumentar durante la crisis. Aunque algunos experimentaron un gran incremento en su productividad en los primeros días de la pandemia, la mayoría solo quieren ser valiosos y sentir que su trabajo tiene una finalidad. Las cosas que la gente considera más importantes para su espacio de trabajo son bastante pragmáticas.
Comodidad integral
Antes de la pandemia, el 40% de las personas afirmaban que necesitaban cambiar de postura con frecuencia debido al malestar físico. Durante el confinamiento, mucha gente tuvo que improvisar y trabajar desde sofás, mesas de cocina e incluso camas. El dolor, las distracciones y el estrés han hecho que la gente eche de menos un concepto amplio de la comodidad, especialmente después de un momento tan negativo. Necesitan poder contar con la posibilidad de trabajar adoptando distintas posturas, cambiar de entornos y moverse a lo largo de la jornada. Necesitan un entorno tranquilo y sin distracciones cuando deban concentrarse y sentirse conectados con sus compañeros de trabajo y con el propósito de la organización.
Un mayor control
Las personas quieren opciones para poder elegir dónde trabajar o adaptar los espacios según la tarea que estén realizando o cómo les guste trabajar. Aunque algunas personas creen que trabajar desde casa les ha permitido controlar su día a día y evitar distracciones, el 35% afirmó que quería estar en la oficina para poder trabajar en un entorno tranquilo y profesional, lo que sugiere que nuestra casa no es siempre el lugar ideal para concentrarse. Los equipos también necesitan poder controlar el nivel de privacidad y la flexibilidad de manera que puedan mover las cosas para adaptarlas mejor a su trabajo.
Macro cambios en la experiencia de trabajo
Durante la pandemia, las expectativas de las personas sobre su experiencia de trabajo han cambiado. Vivir una experiencia tan abrumadora ha hecho que muchos pensemos en lo que es más importante para nosotros y nos cuestionemos las suposiciones sobre cómo debería transcurrir nuestra jornada laboral. Las principales organizaciones están escuchando a las personas y ven este momento como una oportunidad para reinventar sus políticas, oficinas y experiencia laboral general. Esto conducirá a macro cambios en cuatro áreas principales.
Diseño de espacios de trabajo más seguros:
La mayoría de los trabajadores españoles afirmó que sus principales preocupaciones son la calidad del aire y el cumplimiento de los protocolos de seguridad, lo que significa que las estrategias de comportamiento, como el uso de mascarillas y el distanciamiento, no son suficientes a la hora de regresar a los espacios de trabajo.
Las organizaciones pueden hacer que el espacio de trabajo sea aún más seguro diseñando de manera intencionada para que ayuden a mitigar la transmisión de enfermedades. Comprender cómo se mueven los patógenos a través de un entorno ayudará a las empresas a desarrollar nuevas estrategias sistémicas para poder prevenir infecciones en el trabajo. Además de los cambios en los sistemas de climatización, los espacios de trabajo pueden diseñarse reduciendo la densidad, cambiando la geometría (ángulos y orientación de los muebles) y aumentando la división para limitar la distancia a la que pueden viajar los patógenos.
Diseño para la productividad:
El deseo de las personas de hacer algo significativo no ha hecho más que aumentar durante la crisis. Antes de la pandemia, las personas estaban descontentas con los espacios de trabajo que no les brindaban formas de controlar su privacidad y realizar trabajos de concentración. Para la mayoría de las personas eso no mejoró al trabajar desde casa durante la pandemia. Los tres principales factores que las personas dicen que quieren que su oficina les proporcione están relacionadas con su productividad: colaborar con otros de manera efectiva, poder acceder más fácilmente a herramientas y recursos y la posibilidad de poder concentrarse. Cuando las personas resuelven problemas o innovan, sus funciones entre el trabajo en grupo y el individual se entrelazan. Las organizaciones pueden ayudar a crear una mejor experiencia facilitando a las personas poder cambiar entre el trabajo en grupo y el individual en entornos tanto físicos como digitales.
Diseño para la inspiración:
Las personas que han pasado por una crisis quieren inspiración, quieren líderes que estén presentes y accesibles, y sentirse parte de algo importante. Las dos principales razones por las que las personas afirman querer volver a la oficina son para relacionarse con los compañeros y tener un sentido de propósito compartido dentro de la organización. Ambos son atributos de una comunidad fuerte, junto con la confianza, la inclusión y la resiliencia. A su vez, una comunidad consolidada obtiene mejores resultados (compromiso, productividad, innovación y desarrollo del talento). El espacio de trabajo se puede diseñar como una infraestructura para que las personas generen capital social. Puede fomentar de manera intencionada interacciones significativas y poner de manifiesto que el cambio y la adaptación forman parte de la cultura y son algo que debe aceptarse.
Diseño para la flexibilidad:
Históricamente diseñados para la permanencia, los edificios de oficinas han estado basados en arquitectura, tomas de potencia y mobiliario fijos. De cara al futuro, las organizaciones quieren espacios que puedan adaptarse fácilmente a los cambios de lugar y modo de trabajo de las personas, así como responder a las cambiantes circunstancias comerciales. Los espacios de trabajo deberán contar con espacios de usos múltiples que puedan albergar diversos tipos de actividades. El equipamiento deberá moverse fácilmente para permitir que los espacios puedan ampliarse o reducirse según las necesidades. Las experiencias físicas y digitales estarán perfectamente combinadas para respaldar la colaboración a distancia mientras las personas trabajan en distintas ubicaciones.
Aunque vivir una crisis no ha sido fácil para nadie, ha logrado que las personas y las organizaciones pensemos en nuestra humanidad compartida y en lo que queremos lograr juntos. Podemos aprovechar este momento como catalizador para reinventar una oficina que no sea solo un receptáculo para el trabajo, sino un lugar que cree una comunidad donde las personas puedan tener un nuevo sentido de pertenencia, resiliencia y propósito.
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