El diseño inclusivo requiere ante todo aprender a reconocer y comprender la exclusión. Trabajar conscientemente con personas normalmente marginadas en la oficina es crucial para crear un entorno integrador.

Steelcase ha colaborado con la Escuela de Gestión y la Escuela de Ingeniería y Diseño, dos facultades de la Universidad Técnica de Múnich (TUM), para abordar y prevenir la exclusión en el trabajo.

Como parte de sus prácticas trimestrales, los estudiantes de la Universidad Técnica de Múnich se involucraron en este tema con gran interés y empatía. Querían saber más y para ello hablaron con personas que habían sufrido marginación en el trabajo, ya sea porque no se les respetaba o porque sus necesidades simplemente no se satisfacían. También trabajaron con líderes de grupos de autoayuda, encargados de la integración, defensores, redes comunitarias locales y expertos en la materia de toda Europa.

Los estudiantes formaron grupos de investigación con el objetivo de identificar los requisitos de los espacios de trabajo inclusivos. Se consideraron tres categorías: aspectos físicos, factores cognitivos y determinadas normas culturales. Mediante entrevistas, los estudiantes investigaron necesidades, tendencias y casos de uso en los tres ámbitos mencionados, centrándose en necesidades generales del espacio de trabajo como la privacidad, la accesibilidad y el bienestar.

«La colaboración con los estudiantes me hizo darme cuenta de los diferentes aspectos de la inclusión y la exclusión en el trabajo. Juntos desarrollamos una metodología para identificar las necesidades básicas de los participantes. Los estudiantes no cesaron en su empeño hasta llegar al meollo del problema. En este proceso, aprendimos mucho unos de otros y aún más de las personas a las que entrevistamos», relata Andrada Iosif, investigadora sénior de diseño de Steelcase.

Anja Pieper, instructora para el trabajo en neurodiversidad y consultora de diversidad, subraya lo importante que es crear un espacio para las personas con experiencias vitales:

«Algunos de los afectados ni siquiera conocen sus propias necesidades porque nunca han estado en un entorno en el que pudieran y se les permitiera averiguarlas».

Anja PieperNeurodiversity Work and Diversity Consultant

Resultados del grupo de estudiantes

Aspectos físicos

¿Cómo crear intimidad visual y acústica para empleados con discapacidades físicas en un espacio de oficina diáfano?

El grupo estudió los aspectos físicos de la inclusión centrándose en la privacidad, la accesibilidad, la orientación y el movimiento. El trabajo pretendía realizar soluciones al espacio que respondieran a una amplia gama de necesidades físicas, por ejemplo, para personas de estatura inusual, a las que les faltara algún miembro o presentaran deficiencias visuales o auditivas. El objetivo era garantizar que el entorno de la oficina fuera accesible y cómodo para todos.

Entre los resultados presentados figuran ideas como el uso de guías orientativas multisensoriales compatibles con conceptos de oficina flexible, o el desarrollo de equipamiento móvil y ajustable que alivien el dolor y la tensión de los usuarios con prótesis o en sillas de ruedas.

«En las entrevistas aprendimos muchísimo sobre las dificultades a las que se enfrentan las personas con discapacidad y la gran imaginación con que las afrontan. Desde nuestro punto de vista, aún queda mucho por hacer en el campo del diseño inclusivo. Por eso creemos que los diseñadores con experiencias reales en materia de discapacidad deberían participar desde la primera fase de la planificación», explica Philipp F., estudiante de la TUM.

Factores cognitivos

¿Cómo pueden diseñarse los espacios para personas con alta sensibilidad a la luz de modo que favorezcan su capacidad de concentración?

El segundo grupo de estudiantes realizó entrevistas sobre la iluminación en los espacios de trabajo. El grupo de encuestados estaba formado por personas con diversos trastornos neuronales como dispraxia, autismo, síndrome de Tourette, TDAH, dislexia y discalculia, así como por personas sin trastornos neurológicos. El objetivo era comprender los efectos de la iluminación en el puesto de trabajo individual, el estado de ánimo y la capacidad de concentración.

Durante la encuesta, quedó claro que las personas con deficiencias cognitivas necesitan poder influir ellas mismas en las condiciones generales, como el tipo, el color y la intensidad de la iluminación. Sugirieron instalar sistemas de iluminación personalizados con funciones variables en los puestos de trabajo, como fuentes de luz móviles con control de velocidad o efectos luminosos con distintos ajustes que, por ejemplo, permitan una iluminación natural.

Normas culturales

¿Cómo podemos abordar y mitigar la necesidad de un empleado de adaptarse a la cultura de una empresa (y no sólo al revés)?

El tercer grupo de estudiantes estudió la diversidad cultural en el diseño de oficinas y preguntó a personas de distintos orígenes qué papel desempeñan factores como la edad, la pertenencia étnica, la identidad de género, la religión y el origen social en las expectativas que rodean la adhesión a determinadas normas culturales.

El grupo presentó una serie de ideas innovadoras para crear entornos laborales que fomenten la integración cultural, como la posibilidad de celebrar distintas fiestas, crear canales abiertos de comunicación e interacción mediante actos como comidas en quipo y habilitar espacios privados para rezos y otros rituales.

«Me sorprendió la buena disposición de los entrevistados para hablar sobre la integración cultural. Esto demuestra claramente lo mucho que les importa este tema. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, estoy convencida de que la situación de los empleados avanza en la dirección correcta», explica Marie V., estudiante de la TUM.

El diseño inclusivo se basa en la empatía, la intención y la colaboración. Lee el informe de Steelcase para aprender cómo se pueden derribar barreras y crear espacios que satisfagan las necesidades de todos: