Salto hacia el futuro
Cómo la inteligencia artificial, el smart data, y la gig economy transformarán el futuro del trabajo.
Es increíble pensar que el primer iphone se vendió en 2007, hace poco más de diez años. El trabajo que realizas probablemente haya cambiado bastante desde entonces: el lugar y la hora a la que leías tus correos, la manera en la que contactabas con tus compañeros, las redes sociales que visitabas para controlar las iniciativas y productos de tu empresa, incluso la lista de reproducción que escuchabas mientras trabajabas en una presentación o un informe de gastos.
En otros 10 años, la integración de la inteligencia artificial, la realidad virtual y los sistemas analíticos harán que las oficinas actuales sean tan raras e irreconocibles como ver un teléfono de disco en la pared de una cocina. En el futuro, caminaremos por oficinas llenas de ordenadores que serán completamente diferentes a los actuales: Los auriculares VR seguirán creando experiencias holográficas de inmersión, pero la mayoría de las personas elegirán gafas de realidad aumentada menos aislantes y más elegantes que superpongan información virtual sobre el plano físico. Las salas y el mobiliario tendrán un aspecto diferente, más cómodo e intuitivo, diseñado para albergar distintas redes de escritores, programadores, diseñadores y científicos que se juntarán para resolver problemas complejos.
Tal vez el cambio más notable sea que se difuminarán las líneas entre la tecnología y el entorno. Gracias a sensores inteligentes y software de reconocimiento de voz, el espacio de trabajo se ocupará de la mayor parte de las labores administrativas diarias como transcribir actas de reuniones, programar las conferencias y responder correos electrónicos rutinarios comportándose, en definitiva, como un obediente miembro más del equipo. Los espacios abiertos, con iluminación natural y diseñados para el bienestar, se adaptarán a los distintos estilos de trabajo, las expectativas de privacidad y el tipo de personalidad de los equipos que los ocupen. La oficina parecerá más una persona, un compañero o un tutor que nos guiará a través de nuestro mejor yo o, al menos, de nuestro mejor yo trabajador.
“En Steelcase estamos muy interesados en conocer cómo estos y otros escenarios plausibles afectarán al trabajo del futuro, a los trabajadores y al espacio de trabajo.”
En Steelcase estamos muy interesados en conocer cómo estos y otros escenarios plausibles afectarán al trabajo del futuro, a los trabajadores y al espacio de trabajo. Nuestra “foresight practice”, desarrollada a partir del proceso de design thinking por el Institute for the Future (organización sin ánimo de lucro líder mundial en planificación estratégica) analiza cuidadosamente cuáles son las señales de cambio del mercado de hoy que darán forma al futuro. Estos pronósticos nos dan información acerca de las decisiones de desarrollo y de fabricación de productos que conceptualizan y crean el futuro. Como parte de nuestra cultura de design thinking hemos desarrollado la práctica de intentar comprender en profundidad cómo viven las personas en el trabajo, mientras seguimos trabajando continuamente en la mejora de la experiencia del trabajador.
Los límites del futuro son visibles. Vemos sus primeras señales en el creciente número de organizaciones que brindan espacios de trabajo flexibles, ya sean salas de colaboración, cintas de correr, bicicletas o mesas regulables en altura, que ofrecen un descanso a los trabajadores, reduciendo la fatiga, la rigidez y aumentando la productividad. Reconocemos su forma en una joven empresa de análisis de Palo Alto que utiliza micrófonos y sensores, junto con información de correos electrónicos y agendas, para registrar el nivel de actividad de los trabajadores, el tiempo que dedican a la multitarea y con qué frecuencia los socios se ponen en contacto con los principales contactos. Sonreímos al ver los jardines verticales en las paredes de las tiendas o su iluminación circadiana. Los parking para bicicletas se han convertido en elementos comunes de las oficinas modernas. Estos ejemplos representan una pequeña proporción de la forma en que las empresas actuales están adaptando los espacios para que estén en consonancia con las necesidades de los seres humanos y la demanda de espacios de trabajo cambiantes.
El día de mañana, las organizaciones serán capaces de gestionar edificios, mesas y ordenadores como nunca antes lo habían hecho, dando a los trabajadores un mayor control sobre su entorno. Con los datos y la IA trabajando unidos para orquestar este cambio, se enseñará a las máquinas a anticiparse y a predecir el futuro. Irán más allá de la detección del habla emocional y de nuestra capacidad de respuesta, nos ayudarán con nuestros proyectos y tareas, y mejorarán nuestro rendimiento, productividad y bienestar en el espacio de trabajo.
En el futuro, todas las empresas serán empresas tecnológicas, y las oficinas serán increíblemente distintas. Te invitamos a descubrir qué nos depara el futuro.