La Universidad de Glasgow -una institución de categoría mundial situada en el extremo oeste de Glasgow (Escocia)- ha afrontado el reto de fusionar el antiguo encanto de la universidad con modernas técnicas de aprendizaje e investigación (lee Old-World Traditions Meet Forward-Trending Aims). Es la fusión de ambos mundos lo que hace tan cautivadora y única a esta institución, que atrae a estudiantes e investigadores de todo el mundo.

Inaugurado en mayo de 2022, el vanguardista Centro de Investigación Avanzada Mazumdar-Shaw (ARC) es el nuevo corazón de la comunidad investigadora de la Universidad de Glasgow y fomenta el trabajo interdisciplinar entre equipos de investigación para resolver los problemas más complejos de la sociedad. El diseño del ARC apoya la investigación y la colaboración interdisciplinar, así como la poderosa innovación que resulta cuando ambas se entrecruzan.

La visión y la intención del diseño

Al principio del proyecto, la Universidad de Glasgow tenía un gran objetivo en mente: ¿cómo crear un espacio que fomente la colaboración para impulsar la investigación y la creatividad? La universidad se asoció con Steelcase para implantar una arquitectura y unos espacios físicos que facilitaran las interacciones entre investigadores y la polinización cruzada de ideas.

Planificar y diseñar durante la pandemia fue fascinante y a la vez un tanto desalentador, ya que exigió que los equipos respondieran en tiempo real a los retos planteados mientras diseñaban prediciendo cómo podría ser el trabajo híbrido. El proceso exigía agilidad y flexibilidad, lo que encajaba con la intención final del diseño de crear espacios ágiles y flexibles.

La Universidad de Glasgow y Steelcase organizaron diversos talleres para escuchar las necesidades y expectativas de los distintos equipos de investigación. Por ejemplo, los científicos de laboratorio suelen estar físicamente presentes para completar su trabajo, aunque sólo pasan entre un 20 y un 25% de su tiempo en un escritorio. Por otro lado, los científicos sociales tienden a adoptar un modelo de trabajo híbrido que se divide más entre el trabajo remoto y el presencial. “Planeamos crear un ecosistema completo de diferentes espacios que permitan a las personas elegir dónde pueden hacer mejor su trabajo e investigación. ¿Cómo aprenden? ¿Cómo trabajan con sus compañeros? ¿Cuáles son sus personalidades? Tuvimos en cuenta todos estos factores”, explica Martin Munro, director de desarrollo de proyectos.

“Los espacios de investigación del ARC son totalmente intercambiables para reflejar modelos cada vez más densos”

Martin MunroSenior Project Development Manager

Utilizar el espacio de forma eficiente también fue una pieza clave del rompecabezas durante la planificación del ARC. El uso eficiente de los edificios es más importante que nunca, debido a la combinación de trabajo presencial y a distancia en el modelo híbrido, así como a la preocupación por la sostenibilidad. Los espacios de laboratorio requieren unos 250 kilovatios por metro cuadrado para funcionar al año: consolidar los espacios de laboratorio no sólo fomenta una mayor interacción, sino que también ahorra una cantidad significativa de energía. “El resultado es que los espacios de investigación del ARC son totalmente intercambiables para reflejar modelos cada vez más densos”, afirma Martin Munro.

“No se trata de una única forma correcta de utilizar el espacio, sino de entender su finalidad para que los investigadores puedan diseñar soluciones individualizadas”.

John Harrisjefe de operaciones

Creando una nueva cultura

El siguiente paso fue ayudar a la gente a adaptarse al nuevo edificio, lo que es un proceso continuo. Educar a la gente sobre cómo utilizar el ARC ayuda a garantizar el uso óptimo del espacio. “El edificio es increíble, pero no puede hacer mucho por sí solo. La gente debe entender el espacio y su finalidad, porque si no se siente cómoda con él, no lo utilizará”, explica John Harris, jefe de operaciones. Con el apoyo de Steelcase, John Harris y su equipo dirigieron una serie de visitas guiadas, proporcionaron herramientas y materiales y respondieron a preguntas para que los departamentos de investigación supieran cómo funcionaba. Harris añade: “Al mismo tiempo, no se trata de una única forma correcta de utilizar el espacio, sino de entender la intención para que los investigadores puedan diseñar soluciones individualizadas que funcionen mejor para ellos.”

Dar a la gente un motivo para reunirse también ha demostrado ser una estrategia eficaz. “Los actos organizados atraen a la gente y animan a relacionarse y explorar las distintas áreas del ARC”, afirma John Harris.

“Investigar en colaboración y competir por las grandes preguntas es el futuro de la investigación”.

John Harrisjefe de operaciones

Espacios a medida de los investigadores y colaboración cruzada orgánica

Tradicionalmente, los equipos de investigación están aislados, con sus propios laboratorios y espacios de trabajo. En cambio, la distribución del edificio ARC se ha diseñado específicamente para favorecer las interacciones multidisciplinares y el trabajo en equipo. “El valor añadido consiste en situar a estos excelentes investigadores en un entorno que reoriente parte de su tiempo y energía hacia la colaboración”, afirma John Harris. “Esto cambia la cultura con el tiempo. La investigación en colaboración y la competencia por las grandes cuestiones es el futuro de la investigación.”

Neil Bowering, director de Servicios Profesionales, destacó la importancia de la proximidad para que este tipo de “interacciones interdisciplinares florezcan” y de dejar espacio para las interacciones informales. “Eso es lo que queríamos diseñar: Crear un espacio donde se pueda pensar con otros académicos, reunirse con ellos y explorar el arte de lo posible. Ésa es la filosofía del edificio”.

El edificio ARC refleja nuevas formas de trabajar en un contexto híbrido, facilitando que las personas elijan dónde quieren trabajar en función del tipo de trabajo que estén realizando. Los equipos se alojan en barrios con hot desks. Los comedores, combinados con zonas sociales abiertas y flexibles en cada planta, crean el entorno ideal para que charlen personas de distintos equipos. Hay oficinas propias y ágiles que ofrecen privacidad para concentrarse en el trabajo. Estas oficinas ágiles también fomentan la colaboración cruzada entre instituciones; los investigadores suelen viajar desde otras ciudades para visitarnos y sentir que tienen un espacio propio.

“En la universidad ya había muchas ganas de este tipo de interacción multidisciplinar”, afirma Neil Bowering. “Pero la gente pasaba el tiempo trabajando desde cafeterías y paseando por el campus para reunirse con otros, lo cual es poco eficiente. La creación de un lugar que sirva de punto de encuentro para estos debates, junto con un espacio para eventos académicos en la planta baja, crea realmente esa oportunidad para las interacciones casuales que son una parte fundamental de la investigación. Necesitamos trabajar más allá de las fronteras académicas para afrontar los mayores retos del mundo”.

“Crear un espacio donde poder pensar y conocer a otros académicos y explorar el arte de lo posible: ésa es la filosofía del edificio”.

Neil Boweringdirector de servicios profesionales

El diseño del ARC se ajusta a lo que puede ser un día de trabajo de un investigador. A lo largo del día, los investigadores principales de los proyectos de investigación suelen desempeñar numerosas funciones que requieren diferentes espacios.

“El ARC es un catalizador de la actividad y el descubrimiento, que alimenta la energía creativa que pone en marcha el proceso innovador”, afirma John Harris. “Y el espacio está haciendo exactamente lo que pretendíamos”.

John Harrisjefe de operaciones

Un motor para el futuro de la investigación y el progreso

Dado que los problemas en todos los ámbitos de la sociedad son cada vez más complejos, reunir a mentes brillantes de distintas disciplinas es el tipo de colaboración necesaria para desarrollar las soluciones precisas. En última instancia, el ARC se está posicionado para impulsar la investigación que dará forma al futuro de nuestra sociedad global. “Es como una reacción química. El ARC es un catalizador de la actividad y el descubrimiento, que alimenta la energía creativa que pone en marcha el proceso innovador”, afirma John Harris. “Y el espacio está haciendo exactamente lo que pretendíamos”.