Organizaciones de todo el mundo se plantean cómo y cuándo volver a la oficina en función del ritmo de la vacunación y otros factores que influyen en la propagación del COVID-19. Los trabajadores que vuelvan exigirán un mayor atención en la seguridad — refiriéndose a la calidad del aire y el cumplimiento de los protocolos de seguridad como las principales necesidades. Si bien las medidas de seguridad (como la extinción de incendios) siempre han sido importantes en la oficina, la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de que el espacio de trabajo desempeñe un papel en la mitigación de la propagación de enfermedades y nos ha enseñado que se requiere un enfoque más holístico de cara al futuro.
Creando un espacio de trabajo más seguro
Steelcase se puso en contacto con responsables de diseño de espacios de trabajo y de productos, investigadores académicos y científicos de primer nivel que estudian la transmisión de los virus a través del aire y con expertos en materiales para buscar un enfoque multifacético de la salud y la seguridad en el espacio de trabajo. El marco de trabajo resultante (ver arriba) se centra en cinco áreas que pueden combinarse para ayudar a crear un entorno más seguro, no solo durante la pandemia, sino durante los brotes anuales como los de la temporada de gripe, que representan alrededor del 10% de las bajas laborales relacionadas con enfermedades en Europa y cuestan a las empresas de Francia y Alemania, por poner un ejemplo, entre 5600 y 8500 millones de libras al año.
La Dra. Lydia Bourouiba, profesora del MIT y directora del Laboratorio de Dinámica de Fluidos de Transmisión de Enfermedades, está colaborando con Steelcase en el estudio de la transmisión de enfermedades en el espacio de trabajo. En The BMJ se señala que es necesario adoptar un enfoque integral de las personas, el aire, las superficies y el espacio para minimizar el riesgo de exposición y transmisión al mismo tiempo que se maximiza la presencia y el uso del espacio.
Comportamiento Humano
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) ha publicado una guía para que los empresarios puedan ayudar a prevenir la propagación del COVID-19. La Agencia recomienda determinados elementos clave para mitigar la enfermedad entre los que se incluyen los cambios de comportamiento. Entre las estrategias sugeridas se encuentran limitar el contacto cercano, proporcionar productos para el lavado de manos y la desinfección, quedarse en casa en caso de estar enfermo y el uso de mascarillas.
Las nuevas políticas, protocolos y expectativas fomentarán comportamientos más saludables y serán distintas según la organización.
A pesar de centrarnos en la transmisión aérea del COVID-19, la obligación del lavado de manos y una buena higiene tienen beneficios a largo plazo, tal como indica la EU-OSHA. Siempre existe un pequeño riesgo de transmisión superficial con cualquier enfermedad, y una buena higiene de manos retrasará la propagación de enfermedades como los resfriados y la gripe.
Las zonas de lavado de manos y el acceso a productos de limpieza actuarán a modo de señal visual para recordar a las personas que deben comprometerse a realizar estos hábitos más saludables.
La transparencia y la visibilidad de estos cambios de comportamiento son fundamentales. Las personas quieren saber que su organización está haciendo algo para mantenerlas a salvo, y eso incluye garantizar que las personas se comprometan con los actuales protocolos de seguridad. Como afirmó Enza Iannopollo, analista senior de Forrester y una de las autoras de «Una perspectiva europea sobre el futuro del trabajo para 2021»: «Los empresarios de Reino Unido y de la UE deben diseñar estrategias ricas en empatía y que tengan en cuenta los riesgos para que trabajadores y clientes puedan volver a tiendas, oficinas, y demás lugares de reunión».
Gestión del aire
Con el hallazgo de que la transmisión por aerosoles es la principal causa de propagación del coronavirus (así como de otros virus como la gripe A, el SARS y la meningitis vírica entre otros), la gestión del aire es un área clave cuando se trata de crear un espacio de trabajo más seguro. Después de entrevistar a 32.000 personas de 10 países, Steelcase comprobó que se trataba de la principal preocupación de los trabajadores con respecto a la seguridad. Prestar atención a la calidad del aire no solo ayudará a mitigar la propagación del COVID-19 y otras enfermedades como la gripe, sino que también influirá en otras áreas de bienestar y hará frente a la contaminación producida por los incendios, la polución y los alérgenos.
La temperatura, el nivel de humedad y el intercambio y flujo de aire contribuyen a un ambiente saludable. Las empresas que se planteen crear nuevos espacios pueden trabajar con profesionales en sistemas de climatización en la implementación de una guía actualizada para ayudar a limitar la propagación a través del aire y crear espacios de trabajo más saludables. Por ejemplo, añadir ventiladores en las ventanas para introducir aire limpio del exterior.
¿Pero qué ocurre si no se pueden ajustar los sistemas de climatización o queremos otras medidas de mitigación? Disminuir la densidad del espacio y establecer un correcto distanciamiento permiten lograr que las gotas que se expulsen puedan caer al suelo antes de alcanzar a nadie.
La investigación publicada por el National Center for Biotechnology Innovation también ha descubierto que «se pueden utilizar filtros de gran eficacia, purificadores de aire independientes y unidades de irradiación germicida ultravioleta (UVGI) instaladas en salas o conductos para suministrar en el interior el equivalente al suministro de aire exterior», lo cual reduce la concentración de patógenos en el aire. REHVA, la Federación Europea de Asociaciones de Calefacción, Ventilación y Aire acondicionado, está de acuerdo, pero señaló que «para ser efectivos, los purificadores de aire deben tener la eficacia de un filtro HEPA, o lo que es lo mismo, llevar incorporado un filtro HEPA como último paso».
Diseño de aplicaciones y productos
Diseñar para la mitigación de virus y la creación de espacios más seguros supone pensar en el modo de equilibrar las nuevas estrategias:
Densidad –número de personas que hay en un espacio y qué espacios requieren más atención en función de su uso.
Geometría – ajustar la configuración del mobiliario para evitar la orientación cara a cara y el flujo directo de aire hacia los purificadores y los conductos de ventilación y desde ellos.**
División – añadir barreras, especialmente en los lugares donde no sea posible el distanciamiento, para que contengan las exhalaciones de las personas.
La investigación indica que las personas quieren espacios de trabajo seguros, pero también requieren que sean atractivos e inspiradores.
La colaboración es un beneficio y una motivación clave para atraer a las personas de vuelta a la oficina. Los espacios compartidos pueden reproducir la atmósfera que las personas desean que tenga el espacio de trabajo y pueden diseñarse teniendo en cuenta las medidas de control de infecciones. Los espacios de colaboración y sociales se pueden situar en áreas abiertas que permitan el flujo de aire y la flexibilidad en función del tamaño de las reuniones. El mobiliario lounge, al ser fácil moverlo, normalmente se puede utilizar para crear distancia, colocarse en ángulo para modificar la geometría o cubrirse para lograr separación. Si no es posible crear distancia, la EU-OSHA recomienda utilizar barreras para bloquear las vías en las que las personas se encuentran cara a cara. Cuando pensamos en la geometría, en lugar de sentar a las personas en una mesa unas frente a otras, debemos plantearnos la posibilidad de sentarlas separadas y en el ángulo correcto.
La tecnología de detección inteligente incorporada en todo el espacio de trabajo ayudará a las organizaciones a utilizar los datos para controlar la ocupación e identificar los puntos críticos que podrían requerir más atención o ajustes adicionales. Una mayor cantidad de dispositivos de manos libres como los dispositivos de planificación de espacios, o incluso grifos y puertas automáticos, contribuirán a lograr un entorno más seguro.
Rendimiento de los materiales
Los materiales contribuyen a generar una estética acogedora que nos hace sentir como en casa, aproximando la experiencia de trabajar desde casa con la de estar en la oficina. La investigación está arrojando las primeras pruebas de que los tejidos son efectivos para reducir la transmisión del coronavirus entre superficies. El virus COVID-19 permanece activo en las superficies porosas mucho menos tiempo que en las no porosas como el vidrio y el metal, según un estudio publicado en The Lancet Microbe.
Steelcase encargó a un laboratorio independiente la realización del primer estudio de la historia sobre la cantidad de tiempo que permaneció activo el virus en los materiales de determinadas superficies. Utilizando ISO 18184 y OC43 (un sustituto recomendado por la ASTM para el SARS CoV-2), el laboratorio descubrió lo siguiente:
Después de 2 horas | no se halló ningún virus activo en el tejido recubierto con poliuretano. | |
Después de 12 horas | no se halló ningún virus activo en el tejido de poliéster 100%. | |
A las 24 horas | la cantidad de virus activo que pudo hallarse en el tejido de lana 100% se redujo un 93,6%. |
En otras palabras, en un día el virus había desaparecido casi en su totalidad en las tres superficies de tela. Otros virus como el de la gripe A han mostrado tiempos de supervivencia similares en materiales porosos en comparación con materiales no porosos, lo que reafirma el argumento de que es posible que los tejidos no sean una de las principales fuentes de transmisión por contacto durante los brotes anuales de gripe (como el SARS-CoV-2).
La desinfección sigue siendo importante si ha habido algún caso de sospecha de COVID-19, gripe u otra enfermedad dentro de las últimas 24 horas. Pero, por lo general, la limpieza rutinaria debería ser suficiente para reducir el riesgo de transmisión.
Los materiales con propiedades inhibidoras de virus o bacterias pueden añadir otra capa de protección. Se sabe desde hace mucho tiempo que el cobre, por ejemplo, posee propiedades antimicrobianas. Existen importantes investigaciones que demuestran que el el cobre puede ser una medida eficaz contra el SARS-CoV-2. Invertir en cobre para las áreas de alto contacto y de usos múltiples, como los pomos de las puertas, puede respaldar los protocolos de limpieza asegurando que el virus no sobreviva demasiado tiempo sobre las superficies entre una limpieza y otra.
Prácticas de limpieza y desinfección
Hay tres factores que deben tenerse en cuenta cuando nos planteamos la mitigación de la transmisión de virus y bacterias en el espacio de trabajo a través de las superficies:
– ¿Cuántas personas utilizan el espacio cada día?
– ¿Cada cuánto tiempo se toca una superficie?
– ¿Con qué frecuencia se limpiará el espacio?
Al pensar en la combinación de estos tres factores, las organizaciones podrán centrarse en las superficies de alto contacto y usos múltiples que conlleven un mayor riesgo, como las superficies de las mesas de reuniones, los pomos de las puertas de las salas de reuniones y los brazos de las sillas de conferencia. Las superficies de poco contacto como los asientos y las bases de las sillas, los monitores, las paredes, los suelos y las patas de las mesas tienen un riesgo de transmisión mucho menor.
Una limpieza más frecuente y visible, especialmente en las áreas de mucho tráfico, podría ayudar a las personas a sentirse cómodas. Es recomendable desinfectar cuando haya habido un caso sospechoso o confirmado de COVID-19 en las últimas 24 horas.
«En la mayoría de los casos, limpiar las superficies con jabón o detergente, sin necesidad de desinfectar, es suficiente para reducir el riesgo».
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)
Sin embargo, los científicos advierten sobre el «teatro de la higiene» o la limpieza excesiva. El uso excesivo de desinfectantes y productos antimicrobianos puede provocar superbacterias y desencadenar problemas medioambientales y de salud.
El largo plazo
La seguridad será esencial para que las personas que regresen a la oficina encuentren una experiencia de trabajo mejor que la que dejaron atrás. Las personas quieren estar y sentirse seguras, lo que significa que hay que poner en práctica nuevas medidas y protocolos de seguridad que no solo puedan verse, sino también generar confianza. Un enfoque sistémico y multifacético que incluya el comportamiento humano, la gestión del aire, el diseño de aplicaciones y productos, los materiales y las prácticas de limpieza y desinfección combatirá el coronavirus actual, pero también podrá aplicarse a resfriados, la gripe estacional y las alergias de interior. El objetivo será crear un espacio de trabajo que sea cómodo para todos los trabajadores y que sea capaz de responder cuando las condiciones cambien.