La pandemia ha hecho replantearse a las empresas cómo deberían ser los nuevos espacios de trabajo. Sin duda, este año ha sido un punto de inflexión en el que se han comenzado a producir cambios en el diseño de las oficinas, pero también en sus localizaciones. Para comprender la importancia del entorno de trabajo y las prioridades de las empresas a la hora de escoger una ubicación, Radio Intereconomía ha entrevistado a Alejandro Pociña, presidente de Steelcase Iberia, la primera compañía en España que ofrece un servicio integral de consultoría estratégica del diseño y planificación del espacio de trabajo.

¿Hasta qué punto es importante una buena ubicación de la empresa para la productividad de los trabajadores?

Es fundamental. Se ha producido un cambio clarísimo. Antes se priorizaba la eficiencia y, ahora, la experiencia del empleado. Esto se busca en tres elementos: entorno, localización y diseño.
En cuanto al entorno, la experiencia que se espera conseguir es lo más cercana posible a la naturaleza. Ahora mismo, las ubicaciones próximas a los parques, que permiten al empleado salir a desconectar, están muy valoradas. También se valora mucho la facilidad de acceso. Antes esto solo se centraba en coches, pero ahora se busca poder acceder también en bicicleta o patinete. En cuanto al diseño, se presta atención a que los edificios presenten terrazas o espacios exteriores que incluyan plantas o elementos de la naturaleza.

Entonces, ¿las grandes torres de oficinas podrían ir desapareciendo poco a poco? Además, en estos nuevos entornos naturales, ¿se busca cierta proximidad a las grandes ciudades?

Eso sería lo ideal, pero es una ecuación difícil de resolver. Lo que sí es cierto es que el concepto de torre vertical no siempre es lo óptimo si lo que se está buscando en el diseño interior de las oficinas es priorizar la colaboración entre departamentos. De hecho, hay edificios en los que se está rompiendo el forjado para conectar diferentes plantas con escaleras combinadas con espacios de colaboración donde se producen encuentros informales entre empleados.

Es decir que, sobre todo, las torres con plantas reducidas en metros cuadros para grandes corporaciones están comenzando a ser menos atractivas. El concepto de campus. Asimismo, como el metro cuadrado cada vez es más caro dentro de las ciudades, se tiende a ese exterior que te permite, además, el contacto con la naturaleza.

¿Eso significa que la población podría ir a vivir a esos centros urbanos más pequeños? Es decir, ¿cambiaria la pirámide poblacional de las grandes capitales?

No cabe duda de que esta es una tendencia que ya se está viendo. Hay empresas que ya están planteándose espacios satélites, más cerca de donde pueden estar viviendo sus empleados para evitar, así, los grandes desplazamientos y apostar por la telepresencia. Esto está teniendo un gran impacto en el diseño de interiores. Ahora cualquier oficina debería contar con las tecnologías adecuadas para conectarse por vídeo, pero esto todavía no ha ocurrido. Está cambiando.

¿Cómo serán las oficinas del futuro? ¿Cuáles serán las tendencias de diseño?

Hay cuatro elementos fundamentales para el diseño de los espacios de trabajo: seguridad, productividad, inspiración y flexibilidad.

En materia de seguridad, el empleado espera que cuando sale de la oficina por la tarde, salga igual o más sano que cuando entró por la mañana. Por ello, las instalaciones de aire, la iluminación adecuada o la ergonomía de los equipos, es fundamental. Pero no solamente es importante la seguridad física, también lo es el bienestar cognitivo. Es decir, que el empleado tenga oportunidad de recargar energía y desconectar para, así, ser más productivo.

Esto nos lleva a la segunda clave, la productividad. El trabajador necesita espacios donde sienta que es productivo. No es lo mismo estar haciendo una hoja de cálculos que un brainstorming. Esto implica que sea necesario contar con un diseño que tenga una paleta de espacios para cada una de las actividades.

El tercer elemento, debe ser la inspiración. A nadie le apetece ir a un espacio aburrido, triste o monótono. Y el último punto, la flexibilidad. La construcción de espacios se ha de hacer con elementos versátiles y flexibles que se puedan mover fácilmente.

¿El tamaño de las sedes tendrá que ser igual?

Eso es un debate que está en plena ebullición. Sin embargo, yo creo que vamos a tener espacios de mayor calidad, de mayor productividad y, quizás, podría producirse una cierta reducción de metros cuadrados, pero no parece que vaya a ocurrir salvo que se tomen decisiones muy draconianas.

Por último, ¿cuál es el proceso que se sigue en Steelcase cuando una empresa quiere asesoramiento sobre ubicación?

Lo primero es entender cuál es el objetivo de la empresa y por qué está buscando una nueva ubicación. Una vez claros los objetivos, los traducimos en clave espacial y hacemos un diseño conceptual. Esto nos da un panorama con los requisitos básicos y, con ello, salimos a buscar el espacio. Después se hace una selección y, una vez escogido, se elabora un diseño más en profundidad.

En Steelcase acompañamos a la empresa en todo el proceso para evitar que se desvirtúen los objetivos principales.

Ángeles Lozano es redactora de Capital Intereconomía, Informativos y Magazine “A Media Sesión”.

Alejandro Pociña. Es presidente de Steelcase en Iberia. Forma parte del Comité de Dirección de la organización a nivel mundial. Ha posicionado a Steelcase Iberia como una startup dentro del grupo iniciando una estrategia propia marcada por las necesidades específicas del mercado.